jueves, 13 de octubre de 2011

¿Por qué duró tanto el franquismo?

Como régimen en toda España, el franquismo duró 37 años, hasta un año después de la muerte de Franco. A continuación voy a intentar explicar el porque de su larga duración.

El alzamiento del 18-J respondía a un golpe de estado parlamentario, perpetuado por las fuerzas de seguridad del propio estado (guardias de asalto) y por los guardaespaldas personales del parlamentario socialista Indalecio Prieto, resultando en el asesinando del lider de la oposición Calvo Sotelo. No se puede considerar como democrata el periodo frente populista, donde la Gran Via se paso a denominar Avenida de la Unión Sovietica, donde se encerraba en la carcel a los falangistas, donde se quemaban iglesias y centros de asistencia social religiosos, donde se realizaban huelgas generales revolucionarias (no confundir con reivindicativas), donde te obligaban a pagar en la calle a punta de pistola el auxilio social de la URSS, donde el presidente de la Republica fue destituido ilegalmente y bajo coacción, siendo secuestrada su familia y donde el grito generalizado de los revolucionarios era "¡Viva Rusia y muera España!", mientras el gobierno mirada para otro lado cuando esto sucedía.

La II Republica desaparece de facto como regimen democratico desde el momento en que para evitar el alzamiento de cierta parte del ejercito, el gobierno decide armar a los sindicatos ultraizquierdistas. La prueba más clara de que el Frente Popular realizo una ruptura con la democracia es que desde esa fecha solo se  producen  dos reuniones parlamentarias en el congreso de los diputados. El regimen de Franco gano su legitimidad en una guerra entre dos bandos. No es que la dictadura franquista fuese el sistema perfecto, lo mejor en mi opinión hubiera sido aplicar los principios del alzamiento nacional a una democracia, pero las circunstancias desgraciadamente no lo permitían. La mayor parte del antifranquismo apoyaba una dictadura de cuño soviético y que España fuese un satélite de la URSS, por eso España tenía tantos apoyos de las democracias occidentales cuando estas decidieron romper sus relaciones con la URSS. Los documentos de la propia embajada inglesa demuestran la colaboración de las democracias occidentales con el régimen franquista tras el periodo de autarquia. Este ultimo periodo fue impuesto sobretodo por la presión internacional que ejerció Stalin, pero también por el tímido y valeroso apoyo que dio el régimen a  Alemania con la división azul.


Hasta que no existiese una clase media consolidada en España no se podía dar el gran paso hacia la democracia. Pero en esos momentos, el mundo sociocultural en occidente ha apostado por un claro posicionamiento antifascista, por lo que los valores nacionales ceden ante la presión del marxismo cultural y el separatismo, el cafe para todos de la transición no fue para nada equitativo. En este periodo histórico se firmo el acta de defunción de España como nación. El Rey de España no solo cedio ante este chantaje pese a ser un defensor del regimen franquista en su día (como decia Quevedo: "Poderoso caballero es Don Dinero"), sino que hoy se congratula de ello, no garantiza ni el cumplimiento de la Constitución y lanza alabanzas continuas a personajes antiespañoles como Zapatero y  Carrillo, algo totalmente intolerable.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Feliz Día de la Raza y Fiesta de la Hispanidad



La raza, dice Maeztu, no se define ni por el color de la piel ni por la estatura ni por los caracteres anatómicos del cuerpo. Ni se contiene en unos límites geográficos ni en un nivel determinado sobre el mar. La raza no es la nación, que expresa una comunidad regida por una forma de gobierno y por unas leyes; ni es la patria, que dice una especie de paternidad, de sangre, de lugar, de instituciones, de historia. La raza, decimos apuntando al ídolo del racismo moderno, no es un tipo biológico definido por la soberbia propia y por el desdén a las otras razas, depurado por la selección y la higiene, con destinos trascendentales sobre todas las demás razas.

La raza, la hispanidad, es algo espiritual que transciende sobre las diferencias biológicas y psicológicas y los conceptos de nación y patria. Si la noción de catolicidad pudiese reducirse en su ámbito y aplicarse sin peligro a una institución histórica que no fuera el catolicismo, diríamos que la hispanidad importa cierta catolicidad dentro de los límites de una agrupación de naciones y de razas. Es algo espiritual y humano a la vez, porque comprende los factores religiosos y humanos, como la tradición, la cultura, el temperamento colectivo y la historia, calificados y matizados por el elemento religioso como factor principal; de donde resulta una civilización específica con un origen, una forma histórica y unas tendencias que la clasifican dentro de la historia universal.

Entendida así la hispanidad, diríamos que es la proyección de la fisonomía de España fuera de sí y sobre los pueblos que la integran. Es el temperamento español, no el temperamento fisiológico, sino el moral e histórico, que se ha transfundido a otras razas y a otras naciones y a otras tierras y las ha marcado con su sello. Es España incubada en el genio de otras tierras y razas, y, sin desnaturalizarlo, lo ha elevado y depurado y lo ha hecho semejante a sí. Así se puede entender la raza y la hispanidad a la vez.